Esta próxima historia es un cuento de dos personas muy cercanas
a mí,
las cuales nunca pudieron vivir más allá de sus
sueños prohibidos.
Mis manos están heladas,
Mi corazón presiente aquello que puede pasar,
en mis pensamientos más
profundos pasa ,
Era una noche oscura el viento era suave y delicado,
Como una noche playera
Las ventanas estaban abiertas lo cual permitían aquella briza
caliente toca su piel,
Sus ojos brillaban en la noche
Sus cachetes rojos, calor
Su expresión lo decía todo pero a la vez me dejaba en duda,
Las risas y palabras se nos habían agotado,
Miraba hace la pared blanca, pensaba en aquello que podria pasar,
Su beso endormesia mi cuerpo,
Fue algo tan sincero tan
hermoso,
Sus manos con las mías hablaban por sí mismas,
El arrepentimiento llego y aquellos besos se escondían tras
aquella briza,
Su mirada lo decía todo pero sus palabras lo negaban,
Mi voz temblaba al dicer que no,
Lo negaba hasta morir era un juego entre el bien y el mal,
Pero al final siempre perdíamos los dos
No alaba el por qué algo tan mal se sentía tan bien con el
tiempo me convencí que tan solo era atracción física algo genético algo que
simplemente no estaba ahí.
Palabras sin significado entra cambian,
Risas falsas por aquí y acá palabras simples herían,
Era el final de algo que nunca comenzó
El tiempo se detuvo cada suspiro fue a mi contra,
Abrí la ventana y mantenía aquellas manos heladas ocupadas,
Sus ojos reflejaban su medio e ira,
Mis palabras abrazaban su dolor,
Un paso adelante y dos atrás,
Y así se dejaron llevar como aquella briza de aquella noche olvidada,
Sus manos,
Sus labios.
Contaban una historia de amor prohibida,
Cada beso tenso,
Sus pensamientos quedaron en blanco y sus cuerpos tiesos
Se recalcaban lo prohibido
Como algo tan simple fuera tan malo,
Y como algo tan malo se siente tan perfecto,
Un timbre interrumpió aquella pasión,
Y se despertó aquel
hombre de aquel bello sueno prohibido.
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