Todos tenemos nuestra propia definición de lo que es la "fe" para mí
la fe era aquello que simplemente hablaban los domingos en la iglesia y que
esteba ahí y ya. Si haces unos meses atrás me hubiesen preguntado que es
la "fe" "dios" te hubiese respondido con un es algo de biblia. Pero después de ese
encuentro con mi ángel después de aquella tragedia prevenida al siguiente día
yo supe que algo tuve que cambiar y que él se tenía que ir.
Entre las risas, y la música que no me permitía escuchar .Observaba la
felicidad de aquella cara desconocida. Era oscuro, el humo del tabaco penetraba
mi cabello. Los llantos de aquellos que celebraban el inicio del semestre. La
espuma de la cerveza fría se pegaba alrededor de la jara. Los vasos de plástico
se llenaban .Y todos bebíamos, nadie hablaba más que una u otra palabra las
chicas hablaban de con quien "querían" y los hombres de quien esteba "lista para
comerse".
Sentía un poco de medió, y adernalina como que si imponentemente supiera que
esteba mal que este ahí. Tenía mi teléfono en mis manos con temor de que llamara.
Bebíamos y el tabaco era timbrado de
lado a Aldo y la fosforera era solicitada como agua en el desierto. La música,
zumbia mis odios pero no importaba por que gritaba con la letra.
Mis ojos observan el fondo de los vasos plásticos que yo vaciaba y servía. La
música la poca luz el tabaco. Las risas y felicidad eran cada vez más, De
pronto sentí que ora para irme. Mis zapatos nuevos estaban manchados mis manos
no alcanzaban a la pared. El piso esteba mojado, y mi cuerpo no me respondía llegue apoyada a mi casa sin medió. Escuche su
voz y recordé todo aquellos. Mensajes, acorde de sus labios de aquella esmeraldeña
quien moría por ti. Me eche a morir como tú me lo pedias aquellas veces las
lagrimas y mis gritos cortaban mi piel. De la desesperación golpee mi cabeza y corrí
hacia la calle. Con mi corazón en llamas grite tu nombre. Ese nombre que por
tanto tiempo perforo mi corazón.
De la oscuridad salió un joven triqueño con su cabello grueso y largo lo
cual tenía en una cola, me pregunto con una sencillez que si esteba bien, le respondí
que como sacaba este dolor de mi alma me pregunto y le conté todo sobre ti, sonrió
y dijo que a veces en la vida los hombres son así pero que debería regresar a
casa y mantener la calma, me puse a llorar y le dije que no. No había nada en
ese momento que me haga cambiar de parecer ya que yo esteba muy determinada en
ir hace al valle para poder gritar hasta que este dolor en mi pecho desapareciera
en sus brazos.
Esa noche llegue a mi casa a la puerta de mi casa , con mi ropa y mis cosas
de valor en tacto nunca supe quien fue aquel hombre de la central pero solo sé
que esa noche si no fuera por aquellas palabras tal vez hoy no estaría libre de
aquella fría agonía .
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